SALUDO AL LICEO SAN
FRANCISCO.
Se nos pasó la niñez
entre juegos, sueños y fantasías, entre cordeles de saltar, el tejo
de piedra lisa, la cajita de crema lechuga como tejo, la papaya, el
corre corre la guaraca, y tantas rondas infantiles. Los niños
jugaban sus juegos bruscos, alternados entre trompos, bolones y
bolitas, el caballito de bronce, la pelota de goma. A veces
mezclabamos los juegos con inocencia entre hombres y mujeres.
Siento en mi memoria, al
Cura Lantadilla, al Padre Meza, al Padre Boggia, al Padre Arroyo,
el Padre Risco, a los Hnos; Brusch, Zamarano, Arriagada, Francisco
Antonio, la Hna Lucia, Hna Rita, fueron muchas las personas que nos
ayudaron a crecer, tiempos en que lo más importante no eran los 7 en
la Libreta de Notas sino el amor a lo que se hacía y al cómo se
lograban los objetivos.
Tuvimos un bosque único,
hermoso, quedaba al costado del convento, ¡oh que recuerdos me
vienen a la memoria...! era el premio soñado de fin de año, un
premio al esfuerzo, al compañerismo. En aquellos tiempos no existía
el Bulling, la camaradería era verdadera. huelo aún la leche
ahumada cocida en un fondo inmenso, mi recuerdo a la señora Sara
atendiéndonos. Fuimos niños sencillos, sanos de espíritu, con
deseos de triunfar y generalmente así ha sido, nos criamos con
disciplina, constancia, valores humanos, el respeto por los otros,
sin individualismos, sin egoísmos. Amábamos lo poco que teníamos.
Los sacerdotes, las religiosas, los profesores se entregaban a la
causa con amor por lo que hacían, entre ellos la señorita Carmen
Ghiardo, Don Pedro Isla, la señora Amada, etc.
El colegio era
particular, lo financiaba la Congregación Franciscana, gracias
señores por todo vuestro esfuerzo y constancia, porque dentro de la
humildad nos dieron grandes espacios de recreación. Como olvidar el
Teatro La Granja, era nuestro lugar de encuentro durante los fines de
semana. Para muchos de nosotros la escuela era nuestra vida, nuestro
refugio. Es en La Granja donde nos desarrollamos física y
espiritualmente.
Recordando todo
pasaríamos horas y horas, todo está en la memoria colectiva, somos
de la generación 66 al 75 más o menos. Nombrarlos a todos es
imposible pero vaya un recuerdo para los que ya se fueron sin
regreso, los que no están aquí porque partieron al extranjero, por
los que no saben de este hermoso encuentro. También por las
generaciones de antes y después de nosotros, y especialmente por el
alumnado que año a año va llegando a esta organización de ex
alumnos.
Siento un orgullo muy
grande por haber estudiado en este gran colegio, el que partió
siendo un colegio de campo, tal vez sea la naturaleza la que nos
convoca a seguir cerca del amor a este bello recuerdo. Gracias a cada
una de las personas que ha tenido la oportunidad de vivir esta gran
experiencia de vida.
Feliz Aniversario Liceo
San Francisco... que el señor bendiga esta organización tan
nuestra.